domingo, 29 de agosto de 2010

Un regalo que me dieron


En la casa de mis abuelos paternos nadie lee. Bueno, si leen: mi abuela lee salmos de la biblia, mis tíos el períodico, mi papá lee sólo cosas de economía, mi abuelo leerá avisos por ahí, mis tías no leen, mis primos no sé si sepan leer y las esposas de mis tíos (porque casi todas las tías son solteras) leerán TV y Novelas, o esa cosa de El Godobiano que se llama "La Chiva", que yo también a veces leo. No les interesa leer, no les gusta leer, no les enseñaron a leer, no creen que leer es un disfrute. ¿Eso pa' qué?. Por no mencionar lo que opinan de que el cuarto de sus sobrinos, osea yo, haya estudiado una carrera donde hay que leer, y leer, y leer.

A mi eso me tiene sin cuidado. No es un secreto que Medellín se una ciudad anti-lectura, que tener una librería allá no sea un buen negocio. Que dizque el mejor escritor de Medellín sea este señor Abad Faciolince, que la mejor biblioteca de la ciudad sea la de una universidad (donde hay que hacer muchas maromas para poder entrar). En fin, yo no me voy a quejar de eso. Ya bien sabido es por todos, pero bueno, las cosas deben estar mejorando, según me han dicho.

El caso es que hace poco recibí un paquete de cosas que necesitaba de allá, mi mamá me lo mandó, y entre esa cosas había un regalo, un regalo bastante curioso a mi entender: un libro. Pero lo más curioso y que me causó mucha emoción es que quien me lo mandó haya sido mi abuelo, Rafael Gómez Patiño, que si bien no es analfabeta, no lee.

Tiene ya 90 años, y nació en Gómez Plata. Según él, ese pueblo -antiguo sitio de Pavón y Hojasanchas- se llama así por unos mineros Gómez que habían conseguido mucha plata, por eso Gómez Plata. Y no, la historia es otra. En fin. Yo hablo mucho con mi abuelo, y cuando marco a Medellín hago que me lo pasen, pero ya está super sordo. Sin embargo me cuenta cosas y me dice: que la virgen me lo acompañe. Yo le pregunto a él muchas cosas, y el me pregunta muchas cosas a mi. Y un día me preguntó que como iban "los estudios", le dije que bien, que estaba estudiando para escribir un libro. Y el se sorprendió. Se puso a contarme que tiene un amigo que escribe libros, un señor más viejo que él y que todavía se parcha ahí en las banquitas de la estación Floresta del metro a conversar con otro combo de viejitos que viven por ahí, entre ellos mi abuelo. El señor se llama Jose Ignacio Duque, y escribió un libro que se llama Las uvas del tiempo , se lo regaló a mi abuelo (sin dedicatoria) y mi abuelo me lo mandó a mi.

Es un librito ahí, como lleno de ocurrencias. En pocas palabras, lo mismo que muchos blogs, pero en papel. Me puse a leerlo y me pareció curioso. No porque diga cosas muy profundas y muy reflexivas, ni porque esté bien escrito, sino porque es del amigo de mi abuelo que "escribe libros". Un librito, que no es gran cosa, pero que es como un rasguño de idiosincracia, de lo que J.P. Barrán ha llamado sensibilidad cultural. Lo que la gente opina, lo que la gente piensa, lo que la gente cree. En éste caso: algo que me atrevería a llamar "el pensamiento antioqueño". Con la ventaja de que quedó escrito y publicado. Y bueno, tal y cual lo hacía este muchacho Camilo Jiménez en ese blog tan chimba que es "elojoenlapaja", yo quiero rescatar aquí cosas de Las uvas del tiempo, el libro que mi abuelo me regaló. Son 41 capítulos entre ensayitos, ocurrencias y opiniones del autor. Aquí las que más me llamaron la atención:

Suegras y Nueras:

Cuando en los hogares intervienen: padres, abuelos tíos, tías; es decir todos con sus pareceres y teorías distintas, los niños se van deformando y si a ésto le agregamos los mimos, regalos, felicitaciones tapando sus actos negativos, no hacen más que consentir en todos sus caprichos, y así va resultando un dictador, un enemigo de la sociedad.

Chistes y refranes piden la abolición de las suegras; claro, imposible. Pero no será que las suegras trabajosas y descontentas no fueron buenas madres cuando les correspondía el turno, y ¿ahora quieren rehacer lo mal hecho?.

La Solterona
Aun no están lejanas aquellas fiestas envigadeñas cuando se celebraba la fecundidad, donde concursaban madres con 28, 30 o 32 hijos.

Hay solteronas por accidente, desengaño o casualidad. Hay hijas mayores que no quieren alejarse de su padre (complejo de Electra); hay tías que tienen que cuidar sobrinos para que sus padres trabajen, o cuidar hermanos por la ancianidad de sus padres.

Hay muchos pretextos baratos de señoritas que no se casaron por no encontrar un hombre con las cualidades que ellas querían; pretextos. Era que no tenían ningún atractivo personal y poco a poco las fue dejando el tren.

Desafortunadamente a pesar de su pretendida liberación, la mujer está en desventaja respecto al hombre: es normal que sea el hombre el que escoja entre novias, la que encuentre con más cualidades, afinidades, preferencias. Pero cuando el caso en contrario, que la mujer elige, muy pronto estarán separados, divorciados. El esposo le dirá: como yo no te busqué, puedes buscar otro.

Las solteronas que dicen no haberse casado por no haber tenido amor, es falso; el amor existe siempre, lo que pasa es que fue desafortunada. Decir que no amaron a nadie, no pueden comprobarlo. Sólo el Diablo no ama, y cuando uno no ama a otros se ama a si mismo. En casa de solteronas no falta un perrito de esos chiquitos, un gatico, un pajarito u otro animalito donde la solterona descarga todo su amor, aunque un poco distorsionado. Solteronas estrictamente hablando, son pocas, escasas porque carecen de un amor verdadero o no han sabido cultivarlo y administrarlo. Pobrecitas ellas, ya que en el reparto de los novios no apareció su príncipe azul o de otro color rebajado, que desde su infancia soñaban con él, y no llegó y se fue con otra.

Doña Abundancia
Se tenía ella misma por sabia, hablaba mucho y mal. En su ignorancia hablaba como teóloga de ocasión, como médica de frustración, como abogada por equivocación, como enfermera por deseo, como bruja por aspiración. Parlanchina, sabelotodo, repleta de opiniones pero sin ideas. Se la tenía velada a los niños de la casa, mostrándoles un grueso y ahumado colmillo, único representante de toda su dentadura en la quijada, sobresalía como diente de jabalí. Cuando hablaba de ella mostraba un aspecto feroz, y ay de que se burlara de ella. Predicaba a los muchachos y les decía: A los niños de hoy los alimentan con tinta de imprenta, por eso nunca les sube el color a la cara; los muchachos de hoy son groseros, irrespetan a los ancianos, se burlan de la gente de bien; a los pobres viejos los llaman "cuchos", como quien dice: ya se acabaron, están viviendo horas extras.

Adelaida, la muchacha del servicio
Acaba de llegar a Medellín la chilapa Adelaida. Es tiznaita, ñapanguita. Muestra unos 18 años inciertos, porque ignora la fecha de su nacimiento. Vino de Lorica traida por una amiga de su mamá, en busca de trabajo.

-Oiga, Adelaida, ¿usted como que ha sido muy pretendida?
-No doña, es que cuando una es llamativa, todo novio barre bien. Nada menos ayer cuando venía de Lorica, en el mismo bus y al lado mío venía un muchacho, tumbador, bello, pero no le pude ver la cara.
-¿Cómo que era pispo y no le vio la cara? ¿Sería un guerrillero?
-No doña, dios me ampare era que estaba tan barbitúrico como Fidel Castro.
-¿Y va a cine, qué películas le gustan más?
-Yo no sé el nombre ni el apellido de las películas. Hay unas buenas y otras muy buenas. Cuando voy a cine le pierdo el hilo a la película por ver a los que se besan. Oigo cuando esos enamorados dicen: cine sin beso es como chocolate sin queso. Vea cómo es la gente de hoy.

Modas de las mujeres de hoy en día
La mujer ha sido, a través de los siglos, objeto del placer para algunos seductores. La mujer que vende su cuerpo al mejor postor se le denomina: mujer de mala vida, prostituta, meretriz, buscona, hetaira, mundana, pendanga, zorra, etc., que lejos de resguardar su pudor, exhibe sus formas de tal manera que provoque la lujuria del hombre. Son más las mujeres honestas decentes, honradas, respetables, heroinas, santas, pero también abundan las lujuriosas.

Fue tan vieja la moda de mostrar el ombigo que hasta al legendario Buda se le representa mostrando su gigantesco vientre y su ombligo. El ombligo que nada significa para los hombres, ha servido para que las seductoras mujeres hagan su agosto. Ya es moda que so pretexto de la falta de empleo, algunas jovencitas universitarias han montado casas de amor. Allí dizque encuentran su propia realización, disfrutando de la vida, como diosas paganas. Hay meretrices que se han preparado para este oficio leyendo novelas, oyendo radionovelas, viendo telenovelas, así de fácil. Hay novelistas colombianos que tienen ese mágico poder de iniciar a las jóvenes en ese espinoso camino: Vargas Vila, José L. Garcés, José Cardona L, Roberto Burgos C, y muchos más.
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DUQUE, José Ignacio. Las uvas del tiempo, Medellín, Litoprisma, 1985.

18 comentarios:

  1. Cuando yo le decía a la gente que era editora, muchas veces me abrían los ojos con sorpresa para decirme "uich, entonces le toca leer mucho", como si me estuvieran diciendo "entonces le toca cargar ladrillos", o "comer cucarachas" o alguna cosa así de horrible. Yo en cambio siempre le di muchas gracias a la vida por tener un trabajo en el que me pagaran por leer, algo que toda la vida había hecho gratis.
    Cuando tenía ese trabajo recibía muchas propuestas para publicar textos de todo tipo de personas. Por ahí el 5% de lo que la gente cree que se puede publicar, sirve. A los demás hay que decirles con mucha diplomacia, pero con contundencia, que gracias, pero no, gracias.
    Leyendo todas esas propuestas encontré que los señores de la generación de tu abuelo tienen una ortografía y un vocabulario impecables. Ojalá las historias que tuvieran para contar fueran interesantes -digo, son curiosidades para contarle a los nietos, pero no para publicar un libro, y menos para cobrar por él- porque uno se ahorraría tiempo y dinero en correcciones. Eso siempre me impresionaba mucho.

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  2. Si Mónica, es verdad, aunque no sea el caso del señor Duque. Pero sí he conocido una gente con una ortografía y una gramática super pulida. Y no son, así que digamos, prodigios literarios. Yo creo que Fueron generaciones en las que todavía se sintió el impacto de los proyectos educativos de Caro. Bueno, digo, los que pudieron estudiar.

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  3. Yo leì un librito en estos dìas que se llama "A Girl's Guide for Hunting and Fishing". La protagonista era asistente de una editora y vivìa aburrida porque todo el tiempo le tocaba leer libros malucos.

    La gente, al contrario de lo que le pasa a Mònica, le decìa que por què se quejaba, si tenìa un trabajo en el que le tocaba leer todo el dìa y a ella le encantaba leer. Ese libro me desencantò del oficio de editora.

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  4. Si, ser Editor debe ser muy maluco si a uno le ponen a leer libros bien horribles y bien repetidos. Pero me imagino que debe ser muy bacano si esos libros que uno lee son meras revelaciones que después se ganan un Pulitzer o un Nobel. A mi una cosa que siempre me ha tramado mucho y un día me metí a un curso-taller fue de diseño editorial, enfocado a libros de alto contenido textual. Eso de pillar las márgenes, la tipografía, los tamaños de las letras, todo me parece muy emocionante porque es como hacer que los libros queden bien bonitos, con un papel bonito, una pasta bonita, no como esos mamarrachos que porque son "baratos" porque no les gastan ni cinco en diseño editorial. Pero bueno, yo no sé casi nada de eso tampoco, me falta mucho por aprender y conseguirme un software bien bacano para diseñar.

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  5. Efectivamente lo que ese man hizo fue escribir un blo. La señora que trabajaba en mi casa cuando yo tenía 6 años (María) era del Choco y ella no sabía cuantos años tenía, decía que 18 por las muelas del juicio (lo juro que es verdad, aunque ni yo mismo me creo mis guevonadas, pero me acordé de eso por la chilapa). María tuvo mellizos y los dio en adopción, después se enloqueció y se dedico al mal vicio del trago y del bazuco, ya murió.
    Yo lo que pensé al leer lo fusilado por el nieto, es en el patetismo de nosotros los blogueros, repatetico mirar las opiniones de alguien desde otra época, que gonorrea.

    Del editor, chimba de trabajo, y muy importante, hay libros que uno abandona y no sigue leyendo simplemente porque el autor puso las unicas 20 paginas malucas al principio. Pero si, chimba trabajar leyendo todo el hijueputa día.

    (yo nunca decía la palabra patetico, es una maña de mis tiempos de bloguero, para mi es un sinonimo de "gonorrea", lo que quiere decir que en mi opinion fui redundante).

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  6. Explico mi idea: mientras yo leía al señor yo pensaba (sentía): "hijueputa, éste man soy yo escribiendo mis guevonadas, eso se ve muy ridículo". Es como decir: que escriban los que saben.

    Y pues por eso no voy a dejar de escribir mis guevonadas, pero quería decir lo que pensé (sentí) leyendo al señor.

    Al que me diga "no, tus entradas son bacanas, tus entradas no son malucas" le mando a atomasato y al bulgaro por gonorrea. Yo estoy hablando en serio, hablemos en serio. De verdad le mando al bulgaro.

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  7. Y lo que dije "visto desde otra epoca".

    Seguro el man escribe en el estilo propio de su "epoca", un estilo que en estos días parece "pasmado". Seguro el estilo del señor vuelve a estar de moda dentro de poco. A eso me refería, yo estaba pensando en mis entradas, en como se ajustan al estilo esperado para la epoca, en como eso se ve ridiculo al paso de un par de años.

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  8. Con cada libro que uno empieza a evaluar guarda en el fondo la esperanza de que ese sí sea el gran descubrimiento, de tener en sus manos la obra de la que se va a hablar el siguiente año, pero, como ya dije, sólo cerca del 5% de esos manuscritos sirven para publicar. Y Juan David, uno se da cuenta desde la primera página. Quiero decir, hay gente que se puede enredar planteando sus temas, pero el estilo sí lo tiene desde la primera palabra, entonces cuando uno les ve el estilo, les aprueba el manuscrito para hacerle trabajo de edición, para sentarse con el autor y trabajarle a la narración de la historia, si hace falta. Si las primeras 20 páginas son malas, es seguro que más adelante no mejora. Lo que pasa es que por disciplina yo siempre terminé de leer todos los manuscritos que me entregaron, para poder hacer una evaluación bien precisa. Además porque disfruto mucho ir corrigiendo mientras leo (si lo ven a uno con un lápiz rojo en la mano la gente le cree que está trabajando; cuando lo ven a uno sólo leyendo creen que lo pueden interrumpir).

    Sebastián, no sabés lo que me gusta a mí el diseño de libros. Eso se lo aprendí a mi jefe en la editorial. Los dos años que trabajamos juntos me enseñó a cuidarle cada detalle a la publicación del libro, las márgenes, la tipografía, las ilustraciones, el tipo de papel, la intensidad de las tintas, las portadas, las guardas. Cuando teníamos libros más o menos importantes nos íbamos juntos a la litografía a revisar como iba la impresión. Ya no soy capaz de coger un libro sin fijarme en todas esas cosas.

    Y Juan David, yo no le tengo miedo a ningún dictador, así que hablando en serio, en serio, sí, las güevonadas pueden ser las mismas, pero a don José Ignacio le falta el sentido del humor que a vos se te desborda. No le estoy restando seriedad a tus temas, te juro que no, pero a todo tema, por más serio que sea, le hace falta aunque sea un poco de humor -que no necesariamente cause risa, pero que sí suene bien, no sé si me explico-. No sé, no es que te esté comparando precisamente con ellos, sino que pienso por ejemplo en Umberto Eco o en V. Nabokov, que narran con mucho sentido del humor. Vos sos así, pero amateur. Y ahora sí mándeme al búlgaro si le da la gana.

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  9. Lo que yo puse fue despues de la primera lectura de eso, fue un "sentimiento". Después de leer eso otra vez, pues no, no es tan gonorrea.

    Que nota como las prepagos son invento viejo. También bacano lo de saber que el ombligo de las muchachas que estan buenas jala gente desde hace tiempito. Pero yo creo que no es el ombligo "en si".

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  10. ¿ya la ciencia sabe por qué la ombliguera hace ver las chicas más llamativas?

    Yo tengo mi hipotesis, pero no voy a ser yo el primero que comparta aquí sus ideas al respecto.

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  11. Es más, no voy a compartir acá mis ideas al respecto.

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  12. Juandaví, por favoooor. Yo ya quedè antojada de saber.

    Es más, el apunte de la ombliguera fue una de las únicas cosas que me parecieron interesantes de todo lo que dijo ese man.

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  13. Yo tengo una hipótesis para la ombliguera que no tiene sustento científico pero sí fue idea de un dibujante, un muy, muy buen dibujante; según él, todo es cuestión de líneas y volumen. No sé si recuerdan que hace unos 10 años se pusieron de moda unos jeans que, además de descaderados, estaban desteñidos exactamente en la parte de los muslos por delante y debajo de la nalga por detrás. Mi amigo dibujante me explicó que ese efecto le daba volúmen a las caderas y por eso las chicas se veían más chimbitas con esos bluyines. Claro, también pasó que las naturalmente caderoncitas no entendieron el efecto expansor del descolorido, así que cuando los usaban ya se veían más bien rellenitas.
    Bueno, un efecto parecido tienen las ombligueras, más que la imagen del ombligo expuesto, lo que resulta atractivo es la dimensión de volumen que dan por encima y por debajo a las caderas y las tetas; es decir, si se muestra la piel del torso luce más estrecha que la que está cubierta y ésta a su vez más voluminosa. Y con esta, también, las gorditas cometieron el error de no saber guardar las proporciones y pensaron que lo que jalaba era el ombligo; pues no, es la ilusión óptica.
    Exponé por favor Juan David tus ideas al respecto; no te las des de picado.

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  14. Mónica:

    Que hijodeputa argumento. Esas son las cosas que me fascinan a mi del blogueo. Las explicaciones contundentes, salidas de la nada. Yo era de los que decía: la que es culona es culona, con un "baggie" o con unos chicles de esos que se ponen ahora con botas (muy llamativos, por cierto). A lo bien, muchísimas gracias por esa explicación del desteñido. Pero entonces yo me acuerdo que también había de esos bluyines para hombres. Pero valga aclarar que yo nunca me puse de esas chimbadas, yo uso es puro Carrel, de los del Exito, 14.000 pesos y muy buenos. Pero entonces, los manes que se ponían eso es que se querían ver más nalgones, que manada de cacorros. Hoy voy a joder mucho a un amigo mío que compra bluyines así. Muchas gracias mónica, de nuevo.

    Lalu: sé que le pediste respuesta a JuanDaví, pero yo, que soy metido y chismoso, te quiero dar mi opinión:
    Las ombligueras son extremadamente chimbas. A mi no me importa que haya pasado de moda, que hijueputa. En mis tiempos en Medellín se usaba ombliguera y descaderado, pero, por ejemplo en lo que yo y otros tantísimos nos fijamos no es precisamente en el ombligo sinó como en esos tendones y esos huesitos de la pelvis que se insinúan. Eso es demasiado, pero demasiado alborotador. Y ni se diga de aquello conocido entre la gleba de San Joaquín (el barrio de Medellín) como "los análogos". Es decir, y no quiero sonar cacofónico. Los análogos son esas dos palanquitas que traen los controles del Play Station. Ahora bien, la analogía es que esas dos palanquitas se parecen a esos dos huequitos u "hoyuelitos" que se les hacen a algunas muchachas al final de la espalda, y que con ombliguera desatan cualquier tempestad en el macho.

    Juandaví:

    A mi me parece que vos tenés un humor muy bueno. Me río mucho con todos esos comentarios que hacés en los blogs más populares. Sin embargo siempre me queda como la duda en que si la otra gente que te lee (en esos blogs) entenderá el tono en que los decís. Porque entiendo que la mayoría de todos esos comentadores son rolos (y de esas otras partes donde el acento es como de policía), y todo lo que vos decís es algo a lo cual la gente de Antioquia es muy sensible para uno reirse, porque cogen el tiro que decís en toda su dimensión semántica. Y otra cosa ¿cómo te enteraste que la ex-empleada de tu casa terminó soplando bazuko? Yo tenía un amiguito en mi unidad y me contó que una señora que hacía "los destinos" en la casa de él, terminó encanada porque la cogieron robando en el centro.

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  15. Mónica:

    Que chimba también lo del diseño editorial. Una buena amiga mía se fue para New York a estudiar eso (como dos años) y allá mismo la contrataron para ser diseñadora de Gallimard, la editorial francesa que tiene una sucursal en Montreal.
    A mi me ha gustado mucho eso, y un día averigüé uno de esos "diplomas", muy cariñoso para mis ingresos, aunque era en un instituto de diseño muy reconocido aquí. Honestamente siempre acaricio la esperanza de que algún día tendré la oportunidad de inscribirme en uno.
    Aque nota que vos sepás de eso, a mi me fascina. ¿Te has puesto a detallar cómo son los diseños editoriales para los libros que publican en las imprentas universitarias de USA? Me parecen una chimba, y eso que dijiste de la "intensidad de las tintas", que nota, nunca me había percatado de eso. Me da envidia de la mala.

    Juan Daví: ¿Qué eso de Amasato y el Búlgaro? ¿son pillos de esos reinsertados o qué? Explicá a ver ome.

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  16. Pues Mónica deberías, por favor, dar unos trucos para escribir (claro que yo apenas estoy aprendiendo a poner tildes, a ver si aprendo alguna otra cosita -agradezco si algún día me encontrás un error en un blog y me corregís).
    Yo no sé bien lo del ombligo y las formas cómo funciona, lo que sí sé es que si la diferencia de la medida de la cintura y la cadera se acerca a 0.7 hace que una mujer sea biológicamente atractiva -El estudio de la belleza y la reproducción es algo entretenido y muy gracioso

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