No es por chicaniar, lo juro. Pero yo creo que soy de los pocos colombianos a los que les gusta el punk-rock que han tenido el privilegio de ver a varias de sus bandas favoritas, las bandas de los 90's. Bueno, puede que las bandas favoritas de uno sean puras bandas locales, que no son (o no eran) malas. Pienso en Código Rojo, en Johnnie All Stars, en Nueveonce y otras banditas de Medellín que le ponían mucho sabor a la movida, aunque fuera en años tardíos. Sin embargo, yo creo que pocos punkrockeros sólo oyen bandas locales. La mayoría de ellos oye el punkrock -que en Medellín se le llama Neopunk y, en Argentina "hardcore melódico"- que se hizo en los 90's, el punkrock que hicieron las bandas adscritas a Epitaph Records, Fat Wreck Chords, Jade Three Productions, Nitro Records, Burning Hearth Records, Lookout Records y, en cierta medida, Victory Records, Ferret Music, y... ¿Cómo es que se llamaba la disquerita esa que editaba los discos de Shelter, Focal Point y Kula Shaker? Bueno, esa. En fin.
No es por chicaniar, lo repito. Pero he tenido la oportunidad de ver en vivo a las siguientes bandas:
NOFX
No use for a name
Lagwagon
Suicide Machines
Bad Religion
Good Riddance
Me first and the gimmie gimmies (Aunque nadie me lo crea, los vi en el Warped Tour en San Francisco, California!)
Pennywise
Pulley
The Ataris
The Bouncing Souls
Offspring
MxPx
The Vandals
Voodoo Glow Skulls
Misfits
Rise Against
Estas bandas obviamente son las más famositas, y por desgracia no todas han ido a Colombia. Vale aclarar que ya van 2 intentos fallidos para que NOFX toque en Colombia, incluso con fecha en Medellín, pero "fuerzas oscuras" y cosas mal hechas han impedido que esto ocurra, dejando a los fanáticos de NOFX, que en la ciudad son muchos, sin poderlos ver ni oír en vivo.
Anoche añadí una banda más a mi lista de bandas favoritas del punkrock: MILLENCOLIN, una banda legendaria, de los 90's, originarios de Örebro, Suecia. Que concierto tan bacano, aunque el sonido fuera muy regular. Y lástima también que les haya dado por venir a estas alturas, después de más de 6 discos. Si les hubiera dado por venir en los 90's, estoy seguro de que llenan un lugar grande.
Era evidente, todos los asistentes tenían más de 25 años, todos viejos ya. Todos conocían a MILLENCOLIN y muchos, como yo, estábamos esperando por ese concierto durante buena parte de nuestras vidas. Ya habían ido a Argentina y a Brasil, pero a México nunca, y vinieron. Tocaron puros éxitos como 15, y sólo 2 canciones del disco nuevo. Son una banda primermundista, se les nota a leguas, más primermundista que las bandas gringas. Tienen "checadores" para guitarras, bajo y batería, uno para cada uno, además de 2 ingenieros de audio y un manager que tira camisetas para que el público se mate por ellas. El concierto lo comenzaron tocando "No cigar" y a la mitad tocaron un temazo, The Ballad, bastante emotivo el asunto. Todo el mundo lo cantó y oí a muchos diciendo que esa era la canción de su vida. Bueno, de mi vida no es que lo sea, pero si me gusta. Es una canción que se solía oír mucho en el bachillerato y en la mediana adolescencia. También tocaron Penguins and Polar Bears, Bullion, Ray, y los demás éxitos esperados. Dijeron estar muy contentos de venir a tocar a México DF por primera vez, pero creo que más contentos quedamos todos los que pudimos verlos. Ahora sí, como dice un amigo que comparte muchos gustos musicales conmigo: todavía nos debemos ver en vivo a Rancid, a Face to Face y a Black Train Jack, y los días que eso ocurra (que no creo, porque las dos últimas ya se disolvieron) entonces podremos morir en paz.
A mi los conciertos me gustan, no tanto como antes, pero me parecen muy bacanos. Yo creo que es un asunto como todo ancestral. No sé vos que decís o si sabes a ciencia cierta de qué año data el primer concierto. Es raro ¿no? un montón de humanos frente a una tarima, en la que se paran unos manes que hacen vibrar el aire con sus intrumentos y que esas vibraciones sean percibidas por un hoyo en ambos lados de nuestras cabezas y que después digamos: que chimba de concierto y que eso nos inscriba en cierta escenas culturales.
ResponderEliminarbueno, en todo caso es bueno ir a los conciertos de los grupos que a uno le gustan.
Juan, quién sabe de cuándo datará el primer concierto... Tal vez sus raíces estén por allá en los Acadios, o Fenicios. Pero no lo sé. Y sí es una chimba uno ir a esos conciertos que siempre ha esperado, aunque la verdad es más por el fetiche de ver a la banda en vivo y de uno parcharse allá con la gente que lo acompaña. Eso pa' decir después: ah, yo ví a tal y tal, puro chicaneo. Pero si es bacano.
ResponderEliminarAntes yo sí que iba a conciertos, no me perdía ni medio. Con decirte que uno de los primeros a los que fui, fue el de Inner Circle, cuya boleta se reclamaba con 10 tapas de gaseosa Link, Konga o soda Wizz. Por allá, como en el 94, en el Aeroparque Juan Pablo II. También llegué a ir al de Vilma Palma e' Vampiros que, aunque no me gustan ni cinco, fui por ver gente y despelote (los tumultos me fascinan), pero que sorpresa tan grande ver que la banda que les abrió ese día también era una banda argentina que, quién creyera, iba a ser una de las mejorcitas en su género, eso sí, cantando en español: Los Pericos.
Yo, aunque amante a los conciertos y a mi música, me he mamado tremendos conciertos maluquísimos sólo por la compañia del grupo o un parcero muy parcero.
ResponderEliminarYo recuerdo que siendo yo un rapero-punkero-skate-reggae me fui para una feria de cali a visitar mi familia (aclaro que más por la segunda razón) y estando allá mi primo, que era salsero romántico, me invitó a un concierto y pasé muy bueno. salió Cesar Mora y todo. La parte que casi no me gustó es que al día siguiente en el noticiero del medio día nos sacaron, a mi primo y a mi, en el noticiero del medio día y decían: "claro que algunos se pasaron de traguitos", eso mientras Dario Gomez estaba en el escenario.
Yo no quería que mi familia y mis tios nos vieran así..pero bueno..otro concierto para la lista.
Que bueno que le tocó ver a los pericos, yo ni le cuento que hice yo ese día porque se corre el riesgo de hacerlo sentir viejo y no sería mi intención.