Dejando un día para aterrizar -en todo el sentido del término- y aprovechando que hoy 2 de noviembre aquí se celebra el Día de los Muertos, después de haberle llevado unos dulces y unas flores a cada uno de mis muertos favoritos (Pinita, Raquelito y Teobaldito Marx) dejé el Panteón Francés y me fui para cine. La película que me vi, se llama
Biutiful, y es el último estreno del director mexicano Alejandro González Iñárritu.
Es un director cuyas películas son bien conocidas por todos (Amores Perros, 21 Gramos, Babel, etc...), y ahora, por lo menos a mi, me sorprendió con esta nueva película cuya historia ocurre en Barcelona. Vale aclarar que la historia no es contada desde tres vertientes que luego se conectan al final, como en las películas anteriores. Es una sola historia.
La película es genial, y geniales también son sus actores: Javier Bardem (mejor actor, Cannes 2010), Maricel Álvarez, (aparece fugazmente Martina García), y otros actores, entre ellos un niño, Guillermo Estrella, que es mera figura. Me sorprendió muchísimo la película y voy a explicar por qué:
Justo hoy, Teresa del Conde, columnista del períodico
La Jornada escribió una reseña de la película que poco me convenció y por eso decidí ir a verla. Es la historia de Uxbal, un peninsular (para no decir "español") cualquiera, con líos de plata, de amor y con un cáncer que se lo está devorando. Uxbal trafica con personas, le busca empleo a inmigrantes ilegales, negocia buenas cantidades de euros. Entre esos negocios, los líos con su ex-esposa que se prostituye y tiene recaidas en el alcohol, la educación y el amor para sus dos hijos y los golpes bajos que le propina la enfermedad, transcurre la historia de Uxbal. Es una historia bonita, llena de detalles perfectamente cuidados que pocos directores como González Iñárritu saben cuidar. Es una historia sobre la inmigración, sobre el desespero, sobre la calle y ese bajo mundo de las urbes desarrolladas que es dramático día y noche. Persecuciones, cadáveres, lágrimas, crisis, pero también esperanza y bondad. Los rostros más bipolares del ser humano. Es una reflexión muy sensata sobre la vida y su fragilidad, yo quedé fascinado. Y pensándolo bien tal vez la fascinación en mi radica en que soy extremadamente sensible (o sensiblero) a los temas de la inmigración. No sé, siempre siento más lástima de un inmigrante jodido que de otra persona jodida, me parten la puta alma. Más aún si el inmigrante es un africano de aquellos que ronda por las calles de las ciudades europeas. Irremediablemente me acordé de un amigo, Paul, quien en una patera llegó desde Gambia y ahora vende kleenex en el semáforo de la esquina que hacen la avenida La Paz y la calle Reina de Los Ángeles, en Sevilla, España, y donde quiera que él esté, le deseo mucha suerte.
Una historia ocurrida en Barcelona, una Barcelona completamente opuesta (aunque sin quitarle méritos, claro que no) a la que muestra Woody Allen en VCB, donde también actúa Bardem. A mi me fascinó, y espero repetírmela esta semana apenas tenga tiempo. Se las recomiendo, no se van a arrepentir de ver esta historia de más de 120 minutos de duración.
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Biutiful (México-España), 2010.
Director: Alejandro González Iñárritu
Guión: Alejandro González Iñárritu / Armando Bó / Nicolás Giacobone
Está muy bacana Sebastian, dan ganas de verse la película.
ResponderEliminar"...con líos de plata, de amor y con un cáncer que se lo está devorando..."
Muy buena esta reseña. Las películas de ese man G. Iñárritu tienen algo y es que pasarían por sentimentaloides si él no les diera un toque como de taller a las desgracias. Es decir, yo creo que hay desgracias que son cursi, melosas, pero estas son desgarradoras, interpretadas por actores que no parecen bobos a los que persiguen las tragedias sino gente de mundo que pesca una desgracia como si fuera un resfriado. Sicarios entusados, intelectuales caídos en la indigencia, traficantes de personas con cáncer.
ResponderEliminarJuanchito:
ResponderEliminarSI ome Juanchito, eso mismo pienso yo. Es como muy fino en esos detallitos y demasiado riguroso, por ejemplo, en los diálogos. Cuando te la veas me das tu opinión ¿ya la estrenaron en Colombia?. Me contó Margarita en el encuentro que organizamos que te conoció y que la llevaste a La Próstata. ¿Mucho hipster por allá? Saludos.
Juandaví: Hace rato que no escribís nada ome, dale pues! Saludos
No la han estrenado, por lo menos aquí en Manizales no. Otra cosa muy bacana de esa película es el nombre.
ResponderEliminarAh, sí, Margarita y yo estuvimos en La Próstata pero no había hipsters. Yo no sé qué pasa aquí con los hipsters pero me he dado cuenta por medio de Facebook que han emigrado en gran cantidad a Francia y que además, los que no consiguieron visa, fundaron una colonia hipster manizaleña en La Candelaria.
Me antojaste Sebastián, pero no la veo en cartelera por acá, habrá que esperarla. ¡Saludos!
ResponderEliminarJuanchito:
ResponderEliminarCómo así marica, pero qué es esa noticia tan desmotivante. Yo quería ir a Manizales era para eso, pa ver ese viaja'o de hipsters en La Próstata.
En Medellín, durante estos últimos 9 meses se han reproducido muy bien, alguien ha de tener un criadero muy funcional. Hasta me contaron mera anécdota del hipsterismo:
Un hipster estaba tomando y tomando fotos a la gente de la calle. Vio un grupito de skaters y les empezó a tomar fotos. Ellos advirtieron los flashasos y uno se le acerco para decirle: "parce, no más fotos por favor", el hipster se hizo el que obedeció y cinco minutos después volvió como un paparazzi. El muchacho skater (que me reservo el nombre) se le acercó y le metió una palmada en la cara. El hipster se dobló, dio media vuelta y por poco cae al suelo. La gafa se le cayó al piso y mientras las recogía decía, textualmente: "oh, my glasses, oh, my glasses"
Eso fue un hecho verídico.
Juanchito: Leete la última soho, hay un man dizque Daniel Pardo y tiene mero reportaje de hipsters en Bogotá, dizque se conocen como Chapiyorkers. Está muy bueno.
La Caballero: Si, la peli es buena, saludos pa vos también!
Sebastián, ese man es un hipster que se cansó de criticar a otros hipsters. Yo creo que a él ya le pareció tan cansona, tan repetida, la crítica a los hipsters que dijo: "criticar a los hipsters ya no es algo hipster, mejor los voy a alabar".
ResponderEliminarEn eso caemos todos, porque algo de ese esnobismo sepia tenemos. Nos gustan las cosas caras que no parecen caras y las baratas que no parecen baratas. Ya no nos da asco de la ropa de segunda y tendemos cada vez más a reprimir el instinto homicida contra el man que se nos come la novia. A un hipster bien hipster, la infidelidad de la novia le puede parecer hasta romántica solo para contrarrestar el efecto mediático de los policías que matan a la esposa por la misma causa.
Por eso yo no creo, como dice en el artículo, que los hipsters sean apolíticos. Ellos encarnan una reacción muy disimulada a la autoridad; por eso no se autodenominan hipsters, salvo Juan David Vélez, el único hipster reconocido.
Jajajajajajjaa. Sí, Juandaví es reconosidísimo.
ResponderEliminarOíste Juanchito, pero esos hipsters caldenses que se fueron para París y para La Candelaria no dejaron crías, osea, ¿no va a haber quién los secunde en Manizales? Porque podés llevarte un pie de cría desde Medellín, total, lo único que les daría medio duro sería la aclimatación al frío. Pero es que allá como que hay una superpoblación la hijueputa. Parce, es que vaya, vaya pa que vea, yo me quedé deslumbrado cuando oí a un mansito diciéndole a un mesero de un bar de esos donde también sirven comida: "vení, ¿depronto tenés mostaza a la antigua?
Yo le creo Sebastián. Hace como 6 meses me fui un fin de semana para Salento con mi novia. Por la noche nos bañamos y salimos al parque a tomar aguardiente en una de esas fondas que tienen techo de lona en la parte de afuera. En la mesa del lado había un grupo de muchachos, muy animados, con una ropa muy bacana y mi novia dijo: ve, unos extranjeros, y yo le dije: no, Manuelita, esos son hipsters de Medellín.
ResponderEliminarNo es que yo tenga mucho ojo para eso, lo que pasa es que llegando a Salento yo ya los había visto en un Citroen viejo de placas de Sabaneta.
Como a las 3 de la mañana estábamos en una rasca tremenda, entonces nos fuimos para un puestico de esos donde las señoras venden caldo de costilla. A los hipsters les pareció una ocasión muy simpática para demostrar su interculturalidad y comieron, como gente del común, caldo de costilla. Pero no pidieron mostaza a la antigua.
ResponderEliminar"...con líos de plata, de amor y con un cáncer que se lo está devorando..."
ResponderEliminarNo he visto Biutiful, pero en cuanto pueda la descargo y la miro.
Con la frase que copio, me recuerda el argumento de "Breaking Bad", la estupenda serie de AMC, si no la has visto mirala. Van tres temporadas, pero te ponés al día rápido, porque una vez se empieza a ver no se detiene uno.
Saludos
Gracias Fernando, aunque estoy peleado con la TV y las series gringas me dan mucho sueño, voy a hacer lo posible por mirar la que me recomendás.
ResponderEliminarMuchas gracias de nuevo.
Tenés que liberarte de ese prejuicio. La televisión gringa ha evolucionado mucho, y las series de TV que producen son cada vez mejores, igual que las inglesas.
ResponderEliminarTe listo varias: The Wire, Dexter, House, Six Feet Under, Los Sopranos, Curb Your Enthusiasm, Seinfeld, Mad Men, Treme, Rubicon; de la BBC, Luther, Coupling, Sherlock. En la actualidad, la TV es mucho mejor que el cine, aunque siempre tengo la esperanza que el cine remonte.
La ventaja hoy día es que todas las series están disponibles para descarga directa, con la inmediatez de Internet, con una conexión decente, un USB, una TV grandota, con puerto USB, se hacen maravillas, se miran las series sin tener que tragarse la publicidad de la TV.
Saludos