En una entrada anterior ya había contado que soy un man que juega lotería: dos veces por semana le juego a una que se llama Melate que cuesta 15 pesos (3 lucas) y por 5 pesos más (osea mil pesos) tengo la posibilidad de jugar dos veces en una modalidad que se llama Melate Revancha. Juego los miercoles y los domingos para despertarme los jueves y los lunes con la esperanza de haberme ganado algo. Son seis cifras que participan en dos sorteos, el original y la revancha.
Al principio escogía los mismos número que tienen que ser seis entre el 1 y el 56. Sé que las posibles combinaciones son desmesuradas, gigantescas, pero bueno, de eso se trata el azar.
AZAR.
(Del ár. hisp. *azzahr, y este del ár. zahr, dado1, literalmente 'flores').
1. m. Casualidad, caso fortuito.
2. m. Desgracia imprevista.
3. m. En los juegos de naipes o dados, carta o dado que tiene el punto con que se pierde.
4. m. En el juego de trucos o billar, cualquiera de los dos lados de la tronera que miran a la mesa.
5. m. En el juego de pelota, esquina, puerta, ventana u otro estorbo.
al ~.
1. loc. adv. Sin rumbo ni orden.
salir ~.
1. loc. verb. coloq. desus. Dicho de una cosa: Malograrse o salir mal.
□ V.
juego de azar
En fin, no quiero perturbarlos con cosas técnicas ni con definiciones, porque no es del caso. Lo que quiero decir es que yo sueño con ganarme esa lotería, así sea que sólo me caigan cinco o hasta cuatro cifras. Si eso me saliera no sería millonario pero podría hacer cosas muy bacanas sin que mi vida cambiara esencialmente. Sería el mismo pero podría chicaniar con que conocí algún lugar bien bacano, que tomé sopa de nido de golondrina o que podría ir a visitar a un buen amigo que vive en Canberra y me vive invitando pa' por allá.
Pero otro gallo es el que canta donde me coja las 6 cifras del Melate, su acumulado está en casi 6 millones de dólares (y sumando semanalmente). Sé que es muy cliché pensar en éstas cosas, sé también que es uno de los más comunes lugares de todo el pensamiento occidental. Pero yo, siendo lo que soy, les juro que sueño con ese premio. Pienso mucho en una historia que me contó un amigo que caía al casino Caribe de la Avenida La Playa: Una señora después de mucho jugar "estalló" un premio gordo, se ganó el Hyundai que tenían ahí exhibido. Hubo un alboroto grandísimo esa noche en el casino; meseros,
dealers y jugadores felicitaban a la señora. Y mi amigo era dizque parando oreja a ver la gente que murmuraba y que un par de señoras se recriminaban mutuamente:
-Si ves, eso es lo que pasa cuando uno juega con fe.
-Doña Gertrudis se ganó el carrito, bien merecido lo tenía. Eso era pa' ella.
Hay muchos dichos sobre el juego: que es uno de los
Siete Vicios, que "el que juega por necesidad, pierde por obligación". En fin, la vieja sabiduría habla de muchas cosas relativas al juego, cosas que se dicen en tono de reproche porque el juego de azar es condenado en varias civilizaciones desde muchos siglos atrás.
La cuestión es que yo sigo soñando con un premio grande, con "estallar" el melate, así me toque compartirlo. Me gusta siempre soñar con eso. Con lo que haría. Pienso que mi vida sería igual así como lo muestra Jutta Bauer, en ese
cuentico tan bacano (que si es todo un cliché, con todo respeto). Pero si yo, Sebastián, el que aquí escribe me gano ese Melate (me emociono de pensarlo), haría lo siguiente:
-Comparía tres apartamentos en barrios clasemedieros de Medellín, México D.F. y Florianópolis.
-Le daría a mis papás un viaje de esos que hacen los gringos en cruzeros desde Alaska hasta Acapulco con todo pero todo pago.
-O Uno para Hawaii, o uno para La Costa Azul, cualquiera de esos pero con todo pago.
-Me compraría el Jeep Wrangler que siempre he soñado.
-Me pagaría un doctorado en UTEXAS.
-Donaría una parte grande (300.000) para construir o mejorar en material bibliográfico alguna biblioteca de Medellín.
-Preguntaría dónde está bueno para invertir la platica que me queda.
-Le doy a mi hermanito la moto de sus sueños.
-Y para mi y todos mis amigos, haría una fiesta, una gran e inolvidable fiesta, una parranda, un parrandón, una pedota, que dure lo que tenga que durar:
Alquilaría un lugar en México DF, en Florianópolis o en Medellín. Un lugar grandotote.
Con tres mesas gigantes atendidas por meseros: una con chorro: Tequila, guaro, whisky, ron, vodka, gyn, grappa, pisco, cerveza y todas los gallos para cocktails. Otra mesa con droga: Mariguana, perico, pepas, ácidos, cristales (bazuko si no). Y otra mesa con comida así bien pero bien deliciosa. Mariscos, embutidos ibéricos, frutas, panes, aderezos, quesos.
Invitaría a más mujeres que hombres (mis conocidos son pocos). Contrataría a un amigo que es DJ que sí sabe prender fiestas y como sorpresa cuando la noche esté bien prendida que todo el mundo esté bien nivelado daría una gran sorpresa: de un escenario de esos desarmables comenzaría a salir humo del piso, una canción medio lúgubre que le da paso a una trompetica: faaa, faaa, faaa, faaaa ra faaaaaa, faaaaa.... Tum, tum, tum: "conozco una muchacha y ella es fina..." Si señores, con ustedes desde Los Ángeles, California: los reyes del ritmo en vivo: CYPRESS HILL!
Y que la fiesta siga, yo sé que no habrá peleas, que se formarán parejitas de amigos míos que no se conocen entre ellos, que todos disfrutaremos de una gran fiesta y que siempre seré recordado como el amigo que trajo a CYPRESS HILL a la mejor fiesta privada a la que han asistido en sus buenas vidas. Sé que lo harán.
Eso es lo que sueño yo, ¿mucha ostentación?, creo que de esos 6 millones de dólares me descontarían una parte muy grande y después de todas las inversiones me quedaría poco. No importa, viviría de la renta de los apartamentos y terminaría mi doctorado en Austin. Pero ya, que pereza hablar en pretéritos: yo me voy a ganar el Melate, yo juego con fe. ¿Muy mañé yo?, ¿Ustedes que harían con esa plata? Cuéntennos.