martes, 29 de septiembre de 2009

Ídolo de multitudes del Bloque 46, claro está!



Cuando uno entra a estudiar una carrera del área humanista-social, suele inscribirse medio enceguecido. Digo "suele", porque hay gente que entra segurísima de que lo que quiere es leer mucho, escribir, o simplemente curtirse de cosas "haute couture" y alcanzar niveles de erudición que por lo menos den para conversar con una visita, o con los amigos (no humanistas) por allá en CarlosÉ, o en el Guanabano, o en el Parque del Poblado, o si se es más warrior en el Parque Obrero de Itagüi.

Yo estudié con mucha gente así, que leían y leían cosas, y creo que eran pocas las oportunidades en las cuales entendían algo. Osea, me refiero a gente que se la pasaba en unas escaleras leyendo cosas de Heidegger, de Deleuze (Mil mesetas, claro está, Antiedipo, claro está), y por supuesto, cómo no, del señor más leído en el universo humanístico-social del mundo académico-post-adolescente. Michel Foucault.

Muchos conocidos, que ya desconozco, han leído cosas de él. Vigilar y Castigar, Historia de la Sexualidad (I y II), Genealogía del Racismo...En fin, todo el sartal de libros de este autor que recomiendan muchos profesores durante la carrera. Yo lo leí, pero la verdad es que no comprendí muchas cosas, más bien lo que comprendí, fue porque otro profesor me lo explicó muy bien. Pero como que muchos compañeros míos lo han leído y lo han comprendido muy bien.

Ahora, donde estudio, los ecos foucaultianos son más bien pocos. Porque aquí no lo leen mucho, no importa mucho que digamos, se cree más en la empiria (empiria anglosajona, claro está) que en teorías muy elaboradas y teñidas de rectitud política. Leyendo hoy una entrevista reciente que le hicieron a otro profesor italiano, muy famoso e infinitamente más divertido, inspirador, y educativo como Carlo Ginzburg me encontré un parrafito que no vacilé en mandarselo por mail a varios "conocidos", ex-compañeros de la universidad, quienes hoy por hoy hacen parte de la inmarcesible pléyade de la intelligentsia parquepobladina. ¿El resultado? Pues casi me mandan echar sacol en el pelo, hasta uno me insultó diciéndome: "¡Madure a ver, mariquita!". Pero bueno, yo pensaba simplemente debatir en términos sanos y amistosos sobre las orientaciones espistemológicas de las escuelas donde nos hemos criado. Escuelas periféricas donde todo nos llega "de oídas". Que risa la gente que se casa con esas teorías y las acepta como si fueran un dogma, una verdad revelada e inamovible, llegando a insultar al humilde prójimo y burlándose de aquellos que no asimilamos del todo la(s) microfísica(s) del poder.

Así pues, que dejo a quien quiera leer algo interesante estos rengloncitos transcritos de una entrevista al padrino de Menocchio...enjoy it!:

"Personalmente él (Michel Foucault) era extremamente agresivo –de hecho la persona más agresiva que conocí–, y egocéntrico de un modo maniático, lo cual le permitía vender su propia imagen con gran eficiencia. Recuerdo estar una vez en un café de París conversando con E. P. Thompson y por algún motivo comenzamos a hablar de Foucault. Entonces Thompson dijo algo que pensé que había oído erróneamente: «Foucault es un charlatán». Pedí que lo repitiese, tal era mi sorpresa, y era eso mismo. Estoy de acuerdo que seguramente había mucho de charlatán en Foucault, pero no sólo eso. Mucho de su obra –la parte de la retórica vacía–, realmente desaparecerá. Se ha escrito ya sobre él mucha basura así como elogios exacerbados hechos por sus seguidores que solamente contribuirán a despreciarlo. Ya es hora de que alguien libere a Foucault de esa ridícula idolatría". -Carlo Ginzburg-

Entrevista concedida en 2005 a una periodista del diario Folha de Sao Paulo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Reproches que no le importan a nadie



Todo está prostituido. Todo es predecible ya.
Uno va a cualquier fiesta y se encuentra con un tipo de actitud que está muy de moda, me refiero a una actitud que es ya una pose y que consiste en ser una de estas tres cosas, o las tres al mismo tiempo: cocinero (o chef), fotógrafo (o artista de la imagen) o diseñador (gráfico es lo más usual). Todos toman fotos y al parecer de la noche a la mañana han pasado por un proceso larguísimo en el cual se curtieron de todas las posibles teorías de la imagen. Yo tenía una cámara vieja, de esas Canon rojas que vienen con el cordón pegado para uno colgárselas del cuello. Un día fui a la USA y estaba por allá en un lugar que se llama Embarcadero, en San Francisco, California. Yo tenía mi cámara roja y necesitaba un rollo, entré a una tienda de autoservicio y cogí un rollo de 36 fotos. Le puse el rollo a la cámara y empecé a tomar fotos tal como lo hacen todos los turistas desprevenidos: fotos a la prisión de Alcatráz, fotos a la ciudad, a los leones marinos, al Golden Gate, a China Town, a Market Street, a Girardelli, que se veía a lo lejos. En Embarcadero le tomé una foto a unos manes que estaban montando skate hasta que se me acabó el rollo, y la cámara, haciendo un ruido furioso que ya suena antiguo acomodaba toda la película en el cilindro. Como no es una cámara digital, volví a la tienda donde compré el rollo para revelarlo. Y que sorpresa me llevé. Había comprado por error, un rollo para fotos a blanco y negro. Salieron 36 fotos muy buenas. Una de ellas, era de un man, que se llama Josiah Weston (el apellido lo sé porque le pregunté). Josiah Weston es un skater originario de Indianápolis, Indiana, pero vivía ahí en Bay Area desde hacía un año. La foto era de él haciendo un 360 Flip (un truco hermoso) congelada en el aire, donde se alcanzan a ver un par de DC Linx- Josh Kalis negros y pocos centímetros abajo, su skate.
Esa foto me gustó mucho porque quedó congelada, como ya dije. Cuando volví a mi casa, después del paseo, pegué la foto en la pared, como un recuerdo. Una noche vinieron unos amigos a mi casa, y la novia de uno de ellos que es "Fotógrafa" o "Artista de la Imagen", vio la foto y dijo: -Esto es una maravilla, que foto tan bien lograda, muy conceptual cómo le das prevalencia al negro sobre el blanco. Debo aclarar que Josiah Weston es un negro, que en ese entonces tendría unos 23 años. Yo pensaba que si esta mujer me estaba hablando del color de piel de Josiah y de lo políticamente correcto que es tomarle fotos a un afroamericano montando skate. No, yo me equivoqué definitivamente, ella estaba hablando de los colores de la foto. El color negro resaltó mucho sobre los blancos y los grises. Pero ella seguía: -Por favor, envíame esa foto por mail, ¿te puedo pagar los derechos para incluirla en una "expo"?. Yo no sabía que decir pero me dio mucha risa al ver su cara cuando le dije que esa foto era tomada con la vieja cámara Canon roja, la del cordón (que por cierto ni es mía), la de los turistas que van al Rodadero a asolearse y a comer "cotel" de camarones con galletas saltinas.
Una simple cámara tomó una foto muy buena, yo no la tomé, porque ni podía enfocarla bien, eso se tomó al azar, o bajo la decisión de la propia cámara. El hecho es que se lo agradezco mucho porque la foto la pienso ampliar y ponerla en una pared de mi nueva casa, pa que vengan mas "Fotografos" a decirme que el concepto, que el ISO, que el ASA, que el obturador, que el "texto intralíneo de la imagen", que Philippe Dubois, que el fotógrafo como cazador de imágenes, que los matices del gris... Eso que se lo digan a la cámara pero ella no creo que les haga mucho caso porque es una cámara vieja y terca, como yo.