Casi 10.585 días son los días que he vivido desde que nací en la clínica El Rosario de Medellín un 19 de abril de 1981. Dice mi mamá que horas antes, en la habitación de al lado, la esposa del alcalde de la ciudad, daba a luz a un niño que se llamó Tomás. Dice mi papá que camino a la clínica oía el AM en el radio de su Renault 4 amarillo esperando a que hablaran sobre alguno de los golpes espectaculares que solía dar el M-19 en sus aniversarios
No creo en esos lugares comunes de las crisis “pre 10, pre 20, pre 30”. A mi eso de tener más años y ser más “maduro” me da igual, no me importa, no copio. Seguiré usando tenis y camisa por fuera.
1. SER. Yo soy un man normal, mis expectativas y mis sueños son los mismos de una persona común. Yo no sueño con tener un Twingo, ni con conocer Tokyo. Vivo lo que me ha tocado vivir, aunque si le agradezco a la vida que me ha dado muchas oportunidades de escoger qué es lo que quiero. En fin. Ya voy a cumplir el penúltimo año de los años más interesantes que, según Boris Manrique, tiene la vida de un hombre: de los 15 a los 30. (Dicen que los de la mujer son de los 12 a los 50, dicen, yo no sé).
2. HIJOS. Un señor amigo mío repite siempre como una lora que uno en la vida tiene que haber hecho esas cosas como sembrar un árbol, escribir un libro, tener un hijo… Yo no he hecho ninguna de esas cosas, o sí: sembré una palmera en el colegio que no sé si pelechó, compilé un librito junto con un amigo, y lo de tener un hijo…Pues un día casi, casi, pero no, fue una falsa alarma, para mi fortuna. No es que no me gusten los hijos, si me parece bacano un hijo, pero me da miedo. Tres de mis amigos encargaron y justo por estos días ya les están llegando los pedidos. A mi me da miedo, si un doctor me dice: señor, felicitaciones es un niño, creo que me desmayo.
3. VIAJAR. A este paso voy creo que ya me quedé sin conocer Sanzibar, Damasco y Goa. No tengo plata para ir hasta allá. Y no quiero ir cuando esté “mayor” cuando ya me duelan las rodillas y cuando me de pena dormir en una terminal de bus o en una estación de tren. Cuando ya ver una muchacha bien linda no me importe. No, yo quiero ir estando así, como estoy, que no me enfermo nunca, que no me dio la tal AH1N1, que un despecho no suele durarme más de un mes (y eso que es mucho). Así es como me gusta conocer y viajar a mi. Uno bien viejo y viajando por ahí dando lidia en los buses y en los aviones ¿pa’ qué? Espero juntar más platica para poder viajar a otras partes que no conozco y para poder ir a Medallo city durante muchos diciembres más. (Juego lotería los domingos y los miércoles, porque ese si es mi verdadero sueño: ser rico y no tener que volver a cumplir horarios nunca jamás)
4. MEDELLÍN Y COLOMBIA. No sé si volver, no sé, no sé. Eso me pregunta todo el mundo: ¿cuándo terminés qué pensás hacer?, ¿vas a volver a Colombia?. Nunca sé que responder pero después pienso lo siguiente: A mi me gusta. Hay temporadas en que mi amor por ese país es desmesurado, que siento eso que llaman orgullo patrio –léase nacionalismo– Sí, hay días en que la quiero muchísimo aunque el amor no sea correspondido. Hay días en que pienso todo el día en Medellín, en lo que estará haciendo la gente allá, en el almuerzo que prepararán donde mi abuela, en mi papá y mis tíos asando carne, fritando chicharrón y tomando guaro muertos de la risa. Pienso en mi mamá cuando me dice que la recoja en el Éxito y que me invita a un Dogger. Pienso en eso tan emotivo que exalta los sentidos cuando uno sobrevuela Antioquia: esas montañotas arrugadas en varios verdes oscuros –y no sé diga lo que es ver Medellín bajando por Las Palmas–. Pienso en comerme un perro en la 80, en visitar a la novia que más he querido en mi vida e invitarla a comer por ahí, en salir a montar skate con todos los de San Joaquín, en ir a meterme a esa quebrada que pasa por El Salado, en enfarrarme con los parceros en el parque del Poblado (aunque a veces lo maldiga). En caminar por el centro comiendo Bon-Ice. En ver esas niñas que se ponen tan lindas los viernes por la noche, en lo salpicones que venden arriba del cerro El Volador, en el color que tiene Medellín en las noches: son las luces, esas de los postes, de focos amarillos, son esas luces... Pienso también en la mucha falta que siempre me ha hecho poder tomar agua de la llave. Pero hay días en que no la odio, simplemente la aborrezco y me da putería saber que el bienestar que he tenido aquí, allá me hubiera costado 7 veces el mismo esfuerzo. Colombia: “el lugar del NO”. Me estresa demasiado tener que estar tan prevenido con las putas visas para toda parte. Que Europa, que México, que Canadá, que la USA, que Oceanía. NO, no se puede, se la van a negar. Que tiene que tener una cuenta con 300 millones de pesos, dos casas en Conquistadores y un Mazda 3. Que quiero presentar un proyecto de investigación para la tesis: NO, es muy pretencioso y la universidad no se lo puede financiar. Que voy a parquear el carro en esta calle: NO, que aquí le dejo el recibo ma ñiño y son 3 lucas. Que la guerrilla no es el único problema del país, que hay otros problemas que urge atender: NO, la guerrilla sí es el único problema del país. Que va a venir NOFX y por fin lo vamos a poder ver después de 15 años de espera: NO, el marica que los contrató los estafó a ellos y a todo el mundo y por eso no vinieron (cero y van dos en menos de tres años). En fin. Las cosas para mí son así: me gusta Colombia, me gusta Medellín pero me da miedo volver, no porque me pase algo grave sino porque me parece muy frustrante no poder volver a irme para donde yo escoja, si me aburro. (Sé que no todos todo podemos, ni a todos todo conviene)
5. MÉXICO: Es un gran país, yo creo que es lo mejor que me ha pasado en la vida: vivir acá y estudiar en la UNAM, hacer nuevos amigos, viajar a otros países desde acá. Viajar por México y comer acoziles con limón. Vivir en un lugar muy chimba. Tiene sus detalles (profundamente horribles en algunos casos). Se está calentando mucho (narco), hay un déficit de agua tremendo que creo es lo más preocupante. En agosto cumpliré 5 años acá, el 14.63% de mi vida lo he pasado aquí en la meseta de Anahuac. Pero tampoco sé. Me gustaría quedarme acá pero no sé si me vaya a cansar, si algún día el tedio me atrape. Todavía me gusta y sigo sorprendiéndome con muchas cosas que veo y las sigo disfrutando igual que los primeros días. Ya veré qué pasa...
6. ESTUDIAR: Ya tengo una maestría y comencé un doctorado hace 2 años. Ya llevo escritas 126 páginas de una tesis que tendrá por nombre:
La frontera selvática: España, Portugal y su disputa por el noroccidente amazónico en el siglo de las luces. Ya hice las labores de archivo, ya viajé para completar mucha información. El comité tutorial dice que todo va bien, que debo ser más enfático en la parte cartográfica y no descuidar tanto la “plataforma teórica” (sálvame, Mr. Eugene Bolton) pero que vamos bien. Espero que sea una buena tesis, espero ser el Dr. Sebastián Gómez G. antes de cumplir los 30 años. Espero que me ofrezcan un trabajo en una investigación bien chimba o en una universidad. Estoy seguro de que acabaré la tesis, de que tendrá mapas y se sustentará por los aportes de los grandes maestros, desde F. Braudel hasta el viejo Jackson Turner y que la gente la consultará en la biblioteca.
7. SALUD: Me siento bien, siento que aguanto mucho, o no sé si es que tengo los padecimientos retrasados. Bebo, fumo, como grasa, le echo sal y limón a todo, le echo azúcar a las bebidas que terminan por saber a miel, como helados y chocolatinas. Hago muchas cosas que la gente no suele hacer por su “bienestar”: trasnocho como un putas y duermo poquito entre semana. Sin embargo me levanto y cumplo con mis labores del día. Pero también monto skate y hago barras por la mañana en un tubo que hay en el baño. Camino casi 2 kilómetros diarios yendo y viniendo de la universidad y de la biblioteca. Yo no sé si eso es bueno o malo, lo hago mientras no esté sintiendo nada. Todo está como normal.
8. AMOR/NOVIA: Nada, cero, nothing, nel pastel. No he conocido a nadie que me guste en forma, que me haga vibrar como cuando uno conoce a alguien por primera vez y ambos se interesan. A veces creo que para mi es muy difícil tener una novia y seguirle el ritmo a los caprichos. Siento que con mis novias aquello del “nunca es suficiente” es la ley. Por el momento nada, solo, andando con parceros y de vez en cuando algún bussiness toca la puerta. Reconozco que hay una que me gusta mucho pero no sé si es tanto el gusto o simplemente el deseo, –o como dice El General, solo la quiero para jummm…– Pero no me importa que el panorama sean puras tinieblas. Tengo muchos amigos que envidian la soltería, aunque sé que pronto yo envidiaré el compromiso y la tibieza que brindan las muchachas.
Eso es lo que soy yo hoy en día.
Eso es lo que pienso de mi vida.
Espero no parecer muy ególatra
Y si he fallado en alguna cosa…
[…yo seré vengado, Lucifer está con nosotros]Hoy 19 de abril, estas son las mañanitas que cantaba el rey David,
Feliz Cumpleaños a mi!