lunes, 25 de enero de 2010

París, te extraño!




Aquí no hablaré de Medellín propiamente, ni mucho menos de la tal Cité Lumiere, París-Francia, ni de la mona Paris Hilton, ni de la otra mona Natalia París, ni de el guerrillero Andrés París, ni de Paris, Bello -un barrio muy caliente-. Aquí hablo es de París, de la Charcutería París que quedaba en San Diego y de la que hoy no queda ni el nombre.

No sé si la recuerdan -díganme que sí-, quedaba donde justo hoy queda un almacén de ropa que se llama "Aquiles" o un "Leonisa", no logro precisarlo, diagonal al Foto Japón que queda en toda una esquina y que tenía una pecera y una jaula con canarios. Ahí quedaba la Charcutería París que, junto a la Charcutería Provocación [todavía está en la 70] eran dos de los lugares más deliciosos o "delikatessen" que había en Medellín para comer. Bueno, para mi, según yo.

La Charcutería París famosa por sus cervezas importadas, sus golosinas gringas, sus Garbage Pail Kids [originales], sus cábanos, salamis, y sus insuperables sánduches "sietecarnes" ya no existe. Dejó de existir hace varios años, pero ese no es el punto. Todo se acaba, estoy de acuerdo, todo deja de existir. Ya no está la Charcutería París con sus delicias de ultramar, ni sus jamones de cordero y embutidos de faisán, ya tampoco San Diego es ese mundo de triciclos donde muchos nos divertimos en los ya lejanos ochentas cuando los papás iban a comprar cosas y en los noventas por cuenta propia comprábamos la musiquita de Epitaph Records que llegaba por pedido a Disctronics. Ya no, se acabó. Pero insisto, ese no es el punto ni la materia principal de esta ocurrencia bloguera.

El caso es que tengo un hermanito que gusta demasiado de comer en la calle. Es de esos que conoce y recomienda. Oyéndole una sugerencia me dijo el jueves pasado: "ve, volvieron a abrir La París, ¿será que vamos?. El corazón casi se me sale del pecho. Aunque debo admitir que si sospeché del gato encerrado, pues mi hermanito aclaró que además de San Diego, La París también estaba en ese centro comercial que se llama Mallorca. En fin, aguanté hambre y no almorcé porque me iba a mandar un "sietecarnes" acompañado de una cervezita y no pensaba escatimar en precios. Llegamos a San Diego, yo no había ido hacía un par de años, y lo primero que pensé era que a la Charcutería París la habían reabierto en el mismo lugar, pero no, ni rastro. Me aclaró mi hermanito que era que quedaba en la sección de comidas, en el segundo piso, y subimos. Claro, un segundo piso que yo no conocía, lleno de todas esas comidas que si bien saben rico les falta como algo, no sé si será que la carne asada no sabe lo mismo en parrilla a gas que al carbón, o si es que soy muy quisquilloso para el tal sushi "apaisado" o es que de verdad me duele meterle $ 20.000 a un combo de El Corral, no sé.

El caso es que en ese segundo piso estaba La París, no la Charcutería París, no, simplemente La París, cuyo logotipo es como una torre Eiffel simplificada que reemplaza la letra "A". Un local pequeño sin cábanos, ni longanizas, ni salamis colgando, ni cervezitas de tierras lejanas en sus enfriadores. Una supuesta "charcutería" sin esa maquina plateada para cortar los embutidos en tajadas de cualquier grosor según el gusto del comensal, dizque con esos avisos luminosos que muestran los productos al lado de una coca-cola y para acabar de ajustar, atendido por dos bobos que con esa cara, ¿pa' qué güevas?
Todo era muy sospechoso. Pero yo iba decidido por el "sietecarnes". Pero que no, "que no lo manejamos". ¿Perdón?

Ni "sietecarnes", ni "seiscarnes", ni "cincocarnes", ni "cuatrocarnes". Un simple sánduche con jamón de cerdo, jamón de pavo y roastbeef . ¿Cuando por Dios en la Charcutería París se atrevían -porque es todo un atrevimiento- a ponerle lechuga y tomate a un sánduche? ¿Cuando, ah?. Incluso dizque sánduche metido como a una de esas waffleras grandes para calentarlo y derretirle el queso. ¿Cuando, por Dios, cuando?. Yo sé que parezco un viejo renegón y chiflado -bueno, si lo soy-, o que eso es una preocupación de pequeño-burgués, clasemediero, que en vez de chillar por el "sietecarnes" que no me comí, debería estar preocupado por Haití y sus terremotos o por la situación con Venezuela, o no sé, por otra cosa. Pero no, la chimba. $13.700 me costó ese sánduche con gaseosa, que no estuvo maluco, la verdad, pero qué es eso tan descachado y tan peye. ¿La París? , ¿Qué qué?. Yo no dudé en reprochárselo a mi hermanito, y pensándolo bien, el no tuvo la culpa porque cuando la Charcutería París dejó de existir el estaba muy pequeño, ergo, no se acuerda que allá los sánduches eran fríos, partidos a la mitad por una esquina y envueltos en papel parafinado, y que había uno que era el "sietecarnes" que además traía tres tajadas de quesos diferentes, que vendían una cerveza oscurísima que se llamaba Pigs's Eye, original de Minessota [yo coleccioné latas], y que vendían la barra grande de Bubblicious de sandía. No, él no recuerda eso, por eso no lo culpo.

La París, ese "comedero" nuevo que hay allá en ese segundo piso, que abusó del nombre de la charcutería de mis amores que existía en esa Medellín finisecular, en ese San Diego donde el parqueadero era gratis, eso no es la Charcutería París, eso es un insulto, eso es gato por liebre, eso es jugar descaradamente con la esperanza. Solo se me viene a la cabeza una frasesita de San Fernando Vallejo en Los días azules que la acoplo a lo que siento hoy por añorar esos sabores charcuteros que nunca jamás volveré a probar en esta perra vida: "a la Charcutería París se la llevó el ensanche, que se lleve el ensanche mi recuerdo..."

martes, 19 de enero de 2010

Los que el tren dejó


Me acabo de entrar (11:32 p.m) a mi casa después de disfrutar de un bonito, azul y soleado día. Antes de entrarme me encontré con un viejo amigo de mi unidad, "Gordelio", quien hoy estaba padeciendo de una extrema e inexplicable instrospección. Gordelio y yo nos pusimos a hablar acerca de mujeres, novias, parejas y vida marital y, ahondando en el asunto expusimos nuestros casos bajo la premisa innegociable de que ya estamos quedados, es decir, ya nos dejó el tren. Además yo por estos días andaba super contaminado por la lectura de un libro super chimba de mi autor favorito*, quien, en varios ensayos trata sobre el tema de la soltería.

Gordelio es una especie de celebridad menor en una facultad de ciencias exactas de una universidad de aquí de Medellín. Ostenta un M.A en matemáticas de North Florida University (NFU, Jacksonville), tiene carro propio, apartamento propio y anda con Blackberry al cinto. No ha rebasado aún la edad de Cristo y, según su calculadora opinión, ya se quedó solterón. Gordelio tiene varias explicaciones al respecto basadas en hitos tan firmes como el hecho de ser alguien poco atractivo, de ser un dizque "nerdo", o simplemente el hecho de que las gentes vinculadas a la academia carecen -carecemos-, de un sex appeal que nos respalde. Yo creo que Gordelio tiene razón. Según lo que me trato siempre de explicar y de explicarle a los demás, entre ellos a Gordelio es que nosotros, es decir, gran mayoría de una generación nacida entre 1975 y 1985 caímos en una trampa tendida por el capitalismo avasallante, o no, mentiras, no sé muy bien qué es lo que pase, pero Gordelio me estaba explicando que según estadísticas, el 85% que abarca tal generación ha afirmado que está soltera -aunque no abandonada-, y que la posibilidad de llevar una vida marital es prácticamente nula.

El tren nos ha dejado a Gordelio y a mi, y eso no parece ser un asunto que cause mella en nuestras vidas. No sé, a veces pienso que eso no es una prioridad, que si es bacano tener novias, amantes, queridas, tinieblas, como quieran llamarlas, pero que no me asusta pasar solo el resto de mis días. Si, solterón me quedé como me dijo una señora de una tienda, que yo voy a ser "biato" y no sé qué más cosas, ya me dejó el tren pero qué más puedo hacer, pues bajarme de la estación y caminar para algún lado. Eso fue lo que le dije a Gordelio.

Es que pillen: preescolar, primaria, bachillerato, carrera, maestría, doctorado...Y ahora pues con el cuentico de los tales "post-doc", que lo debe hacer que aproveche que tiene menos de no sé cuantos años, que la competitividad. Uno por Dios bendito con tanta estudiadera y tanta academia uno acaba ojos, se encorva, se le cae el pelo, le dan ojeras, le sale panza, etc... ¿Cómo espera uno dejarse cautivar por una pelada bien querida, que se dedique a otros asuntos? No, eso parece que no se puede y que no es posible si uno está montado en el video de que tiene que seguir estudiando como un burro a ver si algún día aprende algo. Osea, es que un 95% de mis amigos todos ya pasaron de los 30 años y la gran mayoría, excepto dos personas (uno casado y el otro recién divorciado), a todos nos dejó el tren, todos somos solterones y cuatro de ellos ya se consideran a sí mismos como "viejos verdes" que abejorrean peladitas de colegios y de primeros semestres de universidad. Y claro, una vieja que esté entre los 26 y los 32 años ve a uno de estos personajes (nosotros, los quedados), ¿y qué pensará?. Yo siempre creo que una vieja nos ve y murmura:

"...Estos manes si son unos pendejos, vealos, bien viejos, por ahí todavía dando lidia con esas patinetas, dizque poniéndose gorras a estas alturas y dizque por ahí con audífonos oyendo de esa música metálica pesada, maricones que cojan juicio, que no son capaces de darle a uno la estabilidad económica y emocional que uno se merece"

Bueno, yo no sé si textualmente una vieja pensará eso, pero yo creo que si se aproxima mucho. Aunque pienso también que una gran población de viejas está quedada, que están dejadas por el mismo tren. Pero yo nunca le he preguntado con seriedad eso a alguna vieja, porque pienso que ella va a pensar que yo me estoy burlando de esa situación, pues hasta donde tengo entendido eso es un tema muy serio entre las mujeres desde que están en el colegio y dice un amigo mío que sabe mucho que por ejemplo una vieja se cansa de pedirle matrimonio a un novio de más de 4 o 5 años y si el man le dice que no, ella lo deja y se casa con el primero que conoce, así dice mi amigo que es el asunto. Y yo me pongo a ver y sí. Por ejemplo, una prima mía tenía un novio (como de 3 años) que lo mandaron a trabajar a Urabá y ella no se quiso ir con él y le imploraba que se regresara para Medellín y él que no, qué cómo iba a dejar mero puestazo en Urabá simplemente por sostener el noviazgo, que mejor él iba cada fin de semana (en avión y todo) y que ella podía ir a visitarlo también (en avión pagado por él), y ella, que no, y que no, y que no, y cualquier día no sé a quién putas conoció por internet y se vieron como al mes y días después se casaron y son dizque más felices que un putas.

Nos dejó el tren, y eso era un asunto que me preocupaba mucho a principios del 2009, pero ya que vi que en realidad me dejó, pues no me quedó de otra que resignarme y desearle buen resto de carrilera a quienes si se subieron, mientras tanto yo estaré por ahí en alguna tienda tomándome una cervezita con Gordelio y viendo pasar muchachas de minifalda y escote en medio de estos días tan bonitos y tan azules.
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*STEVENSON, Robert Louis. Virginibus Puerisque y otros ensayos, Madrid, Alianza Editorial, 1987.

sábado, 2 de enero de 2010

dosmildiez


Ya empezó una nueva década, sí señor. El dos mil diez señala el punto.
Yo me juí a pasar el año nuevo a un municipio que se llama Jericó, en el suroeste de Antioquia. Y sí, la pasé muy bien, tuve tiempo de reflexionar sobre el año que acabó de pasar, ese dos mil nueve que tuvo muchas cosas amargas pero otra muy dulces, excesivamente dulces. En el 2009 se pudo pasiar, se pudo comer rico, se pudo conocer otros paises, se pudo acceder a un lugar nuevo donde vivir y se pudo viajar a Colombia a ver a los papás.
Ahora estando aquí me doy cuenta de que es muy emotivo pasar el año nuevo con los papás y el resto de la familia, yo sé que a veces es muy ñoño, pero la verdad es que si prefiero estar aquí a estar en una playa del pacífico con otros quince o veinte patos soplando vicio y asando masmelos en una fogata.
La cosa es que nos juimos pa' Jericó, Antioquia, y allá dice mi mamá que mucha gente es prima de ella, y yo eso si lo sabía pero núnca lo había puesto en práctica, pero ¡ah caro me salió!, y no estoy insinuando que esta entrada sea una especie de denuncia contra uno de esos tales primos pero la voy a contar:

Parque de Jericó, 29 de Diciembre, 10:48 p.m.

Estabamos: Andres, David, Daniel, Isabel y yo, sentados en el parque de Jericó, tomándonos una botellita de guaro (de ese tapa azul, que dizque no da guayabo, ¡mentiras!) Y beba, relajao y vea pasar muchachas muy arregladas y salude aquí y allá. Cuando de un momento a otro va apareciendo un man diciéndome: -!Juancho, Juancho!. Yo si me llamo así (Juan Sebastián), pero "Juancho" solo me decía un man que ya es difunto que se llamaba Jorge. El caso es que este man se nos arrimó y decía que era primo de mi mamá y por ende de nosotros, que lo vieramos bien que el era igualitico a mi mamá y a sus hermanos...En fin. Lo invitamos a tomar, y se servía unas copas casi triples, además teníamos como un platico con papas, chorizitos y así y el tal primo jarte que jarte. Decía mi hermanito: -este primo si traga más que un banco, que hijueputa. Y el man, seguía, y eso hablaba que no sé qué cosas, que el siempre había sido hincha del DIM, que un man le debía 11 millones de pesos más intereses, que tenía un caballo que había ganado varios concursos, que pensaba montar un negocio en Medellín, que vea esa que va por allá yo me la robo...Un montón de cosas que nos hacía pensar que por fin habíamos encontrado a aquel primo potentado que nos podía echar la mano como asociado en un negocio, o que en tiempos adversos nos podía apadrinar. Por fin un primo así todo bacania'o y de billete. Pasaron como dos horas mas y el primo ya andaba como una mica. Vale aclarar que ya habíamos matado esa botella y habíamos encargado otra botella más los pasanticos. El primo siguió sirviendo y brindando y cada vez se embriagaba más y más. Yo no tomé mucho y por eso me mantenía más o menos consciente pero los demás acompañantes si empezaron a caer uno a uno y con ellos, el primo.

Finca de Jericó, vereda Puerto Arturo, 31 de Diciembre, 6:12 p.m.

-Mami, ve: Ayer conocimos a un man que es dizque primo tuyo y estuvimos bebiendo con el toda la noche en el parque del peublo.
-¿Primo?, ¿cuál?
-Uno ahí que dice que es hijo de Blanca, la tía tuya.
-¿De Blanca? No, que yo me acuerde, Blanca solo tuvo dos hijos y los dos viven en EUA.
-Mami, pero acordáte bien a ver, es uno medio altíco, blanco y patillón.
-No, no sé de quien me estás hablando.
-Jum, mami, pues esperá a ver si nos lo encontramos ahorita en el parque.

Parque de Jericó, 31 de Diciembre, 10:48 p.m.

Mi mamá enfiestada, mi papá también, los familiares también yo, idem, mis amigos la misma cosa. Échele y échele ojo a ese primo a ver si aparecía, aunque todo el mundo parecía no recordar el asunto. Hasta que me le arrimé a una prima de mi mamá que se llama Olguita (que es jericoana) dándole la descripción física del primo. Y ella me respondió: ¿Primo?, ¿hijo de Blanca?, ¿Patillón?... Jum, ya sé. Ese lo que es, es un vividor. Los engatusó, ese fue un trabajador de la tía Blanca que conoció muy bien a la familia y se la pasa por aquí bebiendo gratis y gorriando de cuenta de todo el que puede engañar.

Yo me quedé atónito de la propiedad con la que el supuesto primo accedió a nuestro trago, y sí señor, no lo volvimos a ver, ya que esa noche esperaríamos la llegada del año nuevo que en los dos días que van ya ha dado sus sorpresas non gratas. 1. Por meter el carro por una carretera muy mala se le partió la punta de un eje (tocó desvararlo). 2. Venía para Medellín en el carro recién desvarado, muy contento oyendo musiquita cuando un reten "Policía de Carreteras señor, me hace el favor y me muestra su s.o.a.t, su revisión técnico-mecánica, matrícula del vehículo y su licencia de conducción por favor". Sí señor agente, cómo no, claro...

-Señor, su SOAT está vencido.
-¿Ah?
-Si señor, vencía el 30 de Diciembre del 2009.
-Ah...
-El vehículo debe ser inmovilizado de inmediato.
-Ah...
-A no ser de que me colabore con alguna cosita, no ve que no nos han dado la prima.
-Hombre señor agente, colabóreme usted, vea que no más tengo esto (como 17.600), tenga pues pa que se coma un almuercito bien calidoso.
-Listo caballero, váyase con cuidado.
-Bueno, gracias...

La cosa es que todo pudo ser peor, ese chistesito de andar con s.o.a.t. vencido me pudo haber salido como en un palo, porque eso da inmovilizada y hay que pagar grúa y patios, más el parte que le hacen a uno, más el propio s.o.a.t que hay que sacarlo...En fin. Me salvé de arruinar el resto de mis vacaciones. Voy a comprarle el s.o.a.t. y voy a guardar platica para este comienzo de año poder visitar las bibliotecas nuevas de Medellín, comprar unos rodamientos nuevos para mi skate, comer perritos en la 80 y poderle regalar a mi mamá un video de su cantante favorito en su cumpleaños.

Hoy es 2 de enero, ya van dos días de este nuevo año 2010, yo tengo un agüero y es que es un año par, pues los años impares tienen algunas dificultades, este añito, yo sé que mejorarán los tiempos y podremos sonreir mientras somos acariciados por la brisa.

Feliz 2010 a todos, especialmente a los que leen este Blogsito